Si tu perro ignora su nombre, puede deberse a factores de aprendizaje, asociaciones negativas o distracciones. Estas son las causas y soluciones más comunes, basadas en evidencia y recomendaciones de expertos:
1. Razones principales
Asociación negativa
- Regaños o castigos: Si usas su nombre para corregirlo (ejemplo: “¡Lola, no!”), asociará el sonido con miedo o estrés y evitará responder.
- Tono de voz agresivo: Gritar o usar un tono severo al llamarlo genera desconfianza.
Falta de aprendizaje
- No reconoce su nombre: Si no lo entrenaste desde cachorro, no entenderá que la palabra se refiere a él.
- Nombre confuso: Sonidos similares a otras palabras o nombres largos dificultan su identificación.
Distracciones
- Estímulos externos: Si está jugando, oliendo o con otros perros, priorizará esas actividades sobre tu llamado.
2. Cómo enseñarle a responder
Refuerzo positivo
- Asocia el nombre con premios:
- Ejercicio básico: Di su nombre y, al mirarte, dale una golosina o elogio. Repite hasta que gire la cabeza automáticamente al escucharlo.
- Evita repeticiones: Llámalo una vez. Si no responde, espera 30 segundos antes de volver a intentarlo.
- Generaliza el aprendizaje:
- Prueba en distintos contextos: Usa su nombre en casa, parques o con otras personas para que entienda que es una orden universal.
Evita errores comunes
- No uses su nombre para reñir: Reserva palabras como “no” o “quieto” para correcciones, y guarda su nombre para situaciones positivas.
- Sé constante: Todos los miembros de la familia deben llamarlo con el mismo nombre y tono.
3. Soluciones prácticas
Problema | Solución |
---|---|
Asociación negativa | Usa su nombre solo para llamarlo, nunca para castigar. Combina con premios. |
Distracciones | Llámalo en momentos tranquilos o con un juguete atractivo. |
Falta de aprendizaje | Entrena diariamente con refuerzos positivos y evita nombres complejos. |
Si tu perro no responde a su nombre, revisa cómo lo usas y cómo lo entrena. La clave está en asociar su nombre con experiencias positivas y evitar castigos. Con paciencia y refuerzo constante, fortalecerás su atención y la conexión emocional. Si el problema persiste, consulta a un adiestrador profesional para descartar causas conductuales complejas.